¿Problemas de agresión en gatos?

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Algunos gatos simplemente no pueden vivir en paz. Existen muchas razones por las que los gatos no se llevan bien entre ellos. Las más común es la poca sociabilización – la falta de experiencias placenteras con  otros gatos en su vida temprana. Si tu gato creció como el único gato en casa, con poco o ningún contacto con otros felinos, puede reaccionar de forma fuerte cuando finalmente sea presentado a otro gato, debido a que lo desconocido lo atemoriza, no tiene habilidades sociales, y no le gusta la interrupción de su rutina. Los gatos prefieren la consistencia antes que el cambio. Esto es especialmente cierto si el cambio involucra a un nuevo gato que llegue a su territorio ya establecido. Los gatos son territoriales y algunos prefieren mantenerse bien lejos de sus vecinos. Dos machos o dos hembras no relacionados entre ellos pueden tener dificultades al compartir espacio.

Otra causa puede ser la personalidad. Los gatos no suelen elegir a sus compañeros gatunos de casa y muchas veces los humanos no elegimos otro gato con la compatibilidad apropiada. En algunos casos, los gatos se llevan bien  hasta que sucede algo desagradable o que lo asuste (como fuegos artificiales o el olor de la clínica veterinaria) y éste episodio se asocie con el otro gato. En otros casos, la relación cambia cuando los gatos maduran. Si uno de los gatos cumple 2 o 3 años de edad y comienzan los problemas entre ellos, puede deberse a la madurez social.

Cualquier cambio en el comportamiento de tu gato puede ser una indicación de alguna condición médica. Si notas cualquier síntoma en el comportamiento o algún cambio físico, o si tu gato deja de comer, por favor ve a tu veterinario de inmediato.

Otro tipo de agresiones a considerar

Agresión maternal

Una gata con una camada de gatitos puede sisear, gruñir, perseguir, aplastar o tratar de morder a otro gato que se acerque, incluso aunque antes haya tenido una buena relación con éste. La agresión maternal usualmente disminuye después del destete. Se recomienda esterilizar a las gatas que presenten este tipo de agresividad, para prevenir problemas de agresión futuros.

Agresión durante el juego

Es común en los gatitos pequeños  y jóvenes involucrarse en juegos bruscos ya que todo juego canino consiste en acciones exploratorias, investigativas y predatorias. Los gatos acechan, persiguen, se escabullen, saltan, aplastan, patean, rasguñan, emboscan, atacan y se muerden entre ellos – todo como parte del juego. Si están jugando, es recíproco, y sus roles van cambiando frecuentemente. Sus orejas y sus cuerpos se inclinan hacia adelante, y sus uñas pueden estar afuera pero sin causar daño.

Sugerencias para manejar a tus gatos

  • Nunca permitas que una pelea entre gatos se termine sola. Ellos no resolverán sus conflictos por sí mismos y por lo general la pelea comenzará a escalar. Interrumpe la pelea con aplaudiendo fuerte o arrojándoles un poco de agua con un pulverizador.
  • Castra a tus gatos. Los machos intactos son más propensos al comportamiento agresivo.
  • Reduce la competencia separando sus recursos. Ten platos de comida iguales para cada uno, camas y cajas de arena distintas repartidas por diferentes áreas de tu casa.
  • Asegúrate de tener distintas estanterías. Esto les dará más y variados lugares para descansar y esconderse, para alejarse del resto si lo prefieren.
  • No trates de calmar o tranquilizar a un gato agresivo, solo dale su espacio. Si te acercas, puede redirigir su agresividad hacia ti.
  • Premia el comportamiento deseado. Felicítalo o dale premios para reforzar el comportamiento cuando lo veas relacionarse en una forma amistosa.
  • Prueba las feromonas. Puedes comprar un producto que imite el olor natural de los gatos (que los humanos no podemos oler), que puede reducir tensiones. Utiliza un difusor mientras se resuelve la situación de agresividad.

Si la agresión es leve o es entre dos gatos que solían llevarse bien.

  • Sepáralos en distintas habitaciones por varios días o semanas, con camas separadas, platos de comida y cajas de arena. De esta forma podrán olerse pero no tendrán interacción entre ellos.
  • Sitúa los platos de comida en lugares opuestos de una puerta cerrada. Esto los animará a estar cerca el uno del otro mientras realizan una actividad placentera.
  • Cada día, haz que los gatos cambien de habitación y roten de lugar, de forma que ambos experimenten una variación y tengan acceso al olor de cada uno. Puede que necesites la ayuda de alguien para realizar esto de forma segura.
  • Luego de varios días, si ambos gatos demuestran estar más relajados, entreabre la puerta. Si se mantienen tranquilos, ábrela un poco más, luego otro poco más. Si siguen manteniéndose calmados, puede que ya estén listos para estar juntos nuevamente. Pero si reaccionan con cualquier señal de agresividad – tales como gruñidos, siseo, etc. – sepáralos de inmediato y regresa  a la introducción gradual indicada más abajo.
  • Algunos dueños de gatos han tenido éxito frotando un poco del líquido de atún sobre el pelaje de sus gatos (cuerpo y cabeza). Los gatos se ocuparán tanto de lamerse y limpiarse, lo que los relaja, que no se preocuparán tanto de “la molestia” del otro gato. Y aún mejor, pueden incluso llegar a lamerse el uno al otro, debido a que no alcanzan su propia cabeza con su lengua.

Si la agresión es severa y ocurre entre gatos que nunca se han llevado bien.

  • Separa tus gatos como se describió más arriba, pero por un período más largo, y luego reintrodúcelos de una forma mucho más lenta (que tome días e incluso semanas).
  • En vez de simplemente abrir la puerta para reintroducirlos nuevamente, diariamente ten sesiones en las que gradualmente vayas acercándolos, siempre bajo supervisión.
  • Durante estas sesiones, te puede ser útil usar arneses y correas para controlarlos, o bien tener a uno o a ambos gatos en jaulas de entrenamiento.
  • Durante estas sesiones, distrae a ambos gatos con comida o juegos. Comienza teniéndolos separados a buena distancia. Que la sesión sea corta. Ayúdales a tener éxito.
  • Mantén a tus gatos separados entre las sesiones para evitar retrocesos.
  • Una vez que tus gatos ya puedan jugar y comer en paz a una corta distancia el uno del otro, puedes dejarlos solos y sin supervisión. No antes. Comienza con dejarlos solo por periodos cortos y ve aumentando de forma gradual.
  • Existen casos en los que los medicamentos pueden ayudar a reducir la agresión en un gato dominante o los miedos en un gato temeroso, ayudando de esta forma a que la reintroducción sea más suave y rápida.

Si tus gatos aun no pueden llevarse bien

No dudes en contactar a un etólogo clínico o especialista en conducta para guía. Estos expertos pueden evaluar el problema y resolver el conflicto entre tus gatos.

Algunos gatos simplemente no pueden vivir juntos y en paz. Debido a que el stress crónico y la tensión no son sanos para las personas ni para sus mascotas, es mejor mantenerlos separados permanentemente o buscar un hogar apropiado para uno de ellos a obligarlos a coexistir en tensión constante.

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