Ni nuestras mascotas se libran de las alergias. Según datos que manejamos entre un 20 y un 30 por ciento de la población canina sufre algún trastorno de tipo alérgico. Los alérgenos más comunes son el polen, polvo, ácaros del polvo, saliva de las pulgas, alimentos y bacterias. También lo pueden ser algunos medicamentos, alimentos e incluso alguna vacuna. Los síntomas más frecuentes se observan en la piel y en el sistema digestivo. Se da la circunstancia de que hay unas razas más dispuestas a padecer alergias que otras.
Las alergias las podemos dividir en tres grupos:
Alergia atópica o inhalatoria, alergia a la picada de pulga y alergia alimentaria. De la misma manera que sucede con los humanos, los perros alérgicos lo van a ser durante toda su existencia, pero no se alarmen, existen remedios para hacerles más llevadera esta situación.
Los primeros síntomas aparecen entre el primer y tercer año de vida, disminuyendo su intensidad a la medida que el perro va envejeciendo. Una forma de darse cuenta de que su perro o gato es alérgico es si éste se rasca exageradamente, se lame o muerde zonas concretas o si presenta infecciones crónicas en la piel o padece otitis que tardan en curarse más de lo normal. Una visita al veterinario solucionará rápidamente estos problemas.