¿Cómo evitar que tu mascota se deshidrate o sufra un golpe de calor?

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Ante las altas temperaturas de la zona central este verano, varios ya tomaron sus resguardos, blindándose de agua y ropa ligera.

 

Pero existen otros seres vivos que requieren cuidados especiales en esta temporada, como son las mascotas. Cuando se espera que la sensación térmica sea incluso de 40° en Santiago, se debe estar atento a los signos que puedan mostrar los animales por posible deshidratación. En el caso de los perros y gatos, una señal inequívoca es la pérdida de elasticidad en su piel, y si al tomarla en la parte baja de la cervical o directamente en el lomo, esta se demora en volver a la normalidad, es un indicio de que les falta líquido.

 

A simple vista, otros indicadores son la resequedad en sus encías y lengua, así como en su nariz, y un evidente aletargamiento al caminar. La veterinaria María José Vélez, de Laboratorio Drag Pharma, comentó varios consejos para días de extremo calor:

 

-Jamás dejar a la mascota encerrada en el auto, ya que la sensación de calor aumenta el doble en su cuerpo, incluso si las ventanas están abiertas.

 

-Para perros o gatos aventureros que estén acostumbrados a salir de paseo, las caminatas diarias se deben dejar para las horas de menos calor. Es decir, muy temprano o ya cuando se oculte el sol.

 

-Al dar paseos, y debido a la sensibilidad en las almohadillas de sus patas, que es por donde sudan los perros, se debe evitar que pisen el pavimento caliente.

 

-Un dato no menor a considerar es que los perros no saben cuándo parar de jugar. Por eso es responsabilidad de sus amos estar pendientes para que no se sobre ejerciten y, por ende, se deshidraten.

 

En los gatos, se recomienda respetar su sedentarismo en días de extremo calor. Además, se aconseja estar siempre con agua a mano para refrescar a la mascota. Incluso hay bebidas isotónicas para la hidratación y la reposición de electrolitos de mascotas, como Electrovet.

 

Asimismo, Vélez pidió especial atención con los perros braquicéfalos (bulldogs y pugs, por ejemplo), ya que por su fisionomía suelen presentar problemas para respirar adecuadamente, por lo que les es más complicado regular su temperatura.

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