Los gatos son principalmente carnívoros, pero siempre se les debe dar la comida cocinada. Pueden comer carne de vaca, pollo, algo de cerdo, y pescado blanco, aunque también necesitan un aporte de hidratos de carbono y vitaminas y minerales.
El sistema digestivo de los gatos es distinto al de otros animales, porque hay determinadas sustancias y vitaminas que el gato no es capaz de producir a partir de los alimentos, como es la taurina, y habrá que dársela a parte de la dieta.
Por ello es mejor alimentarlos con piensos o latas comerciales, que vienen formuladas correctamente para la edad y el tamaño de cada gato, y vienen ya con las cantidades necesarias de vitaminas y oligoelementos.
Lo mejor es tener al gato acostumbrado a comer tanto pienso como latas, dado que en un determinado momento puede ser necesario cambiarles y si están acostumbrados sólo a una cosa es muy difícil hacerles comer de la otra. Pueden llegar a ser obstinados por acostumbrarse a comer sólo un determinado tipo de lata de una marca determinada, por lo que es bueno variar de vez en cuando. Hoy en día las casas comerciales disponen de todo tipo de selección de alimentos que se ajustan a las necesidades de cada gato, ya esté castrado, en gestación o en crecimiento.
Normalmente se les puede dejar la comida todo el día, ya que van picoteando de vez en cuando y regulan bastante bien su ingesta, a no ser que empiece a engordar (un gato casero nunca hace tanto ejercicio como un gato que tiene acceso a la calle) y el Médico Veterinario nos recomiende una dieta específica. Lo que siempre deben tener es agua fresca y limpia.
