El amor no conoce límites, sin importar la especie. No importa si eres padre o madre de un niño o de un perro, el tipo de amor que sientes por ellos es tan puro e incondicional que es prácticamente el mismo. Si alguna vez te has preguntado por qué tienes los mismos fuertes sentimientos por tu perro y por tu hijo, pues sigue leyendo.
Hace 30.000 años empezamos a domesticar animales como compañía y es evidente que el lazo que hemos creado con ellos es inquebrantable. Todos hemos escuchado la frase que dice que el perro es el mejor amigo del hombre, pero nuestro amor por ellos va incluso más allá.
Estudios del Hospital General de Massachusetts analizaron la conexión entre el lazo madre-hijo y humano-mascota a través de las similitudes de la teoría del apego humano. Esta teoría principalmente se refiere al apego sentido por el cuidador que entrega seguridad y compasión.
El objetivo del estudio fue examinar la neuroanatomía funcional de los dos lazos a través de patrones de las funciones del cerebro mientras un individuo observaba imágenes de su hijo y de su perro. El estudio se enfocó en las regiones del cerebro que son conocidas por estar asociadas al desarrollo de las emociones y lazos. Se centró en madres con hijos entre 2 y 10 años de edad y que también tuvieran perros por más de 1 año. Se les pidió a las participantes que trajeran fotos de sus hijos y de sus perros. Durante el estudio, se les fueron mostrando imágenes de otros niños y otros perros con los que ellas no tenían relación.
Los resultados mostraron que las madres que veían las fotos de sus hijos y de sus perros presentaron una conexión distintiva en las regiones del cerebro que están conectadas con las emociones, compasión, afecto y recompensa. Sin embargo, al mostrárseles las imágenes de perros y niños que no habían visto antes, la reacción no fue la misma.
De esta forma queda claro que cuando las madres hablan acerca de sus bebés, pueden referirse a sus perros como a sus hijos. Este estudio se demostró ser exacto ya que la mayoría de las madres tuvo una respuesta cerebral igualmente fuerte al observar ambas fotos.
De acuerdo a Lori Palley quien fue la investigadora líder de este estudio, siempre ha sido evidente que las mascotas ocupan un lugar especial en la vida y corazón de las personas, pero ahora existen estudios clínicos y de laboratorio que lo demuestran. No solo eso, tener una mascota puede ser muy beneficioso para los humanos ya que ellos ofrecen apoyo emocional y social. Son como niños pequeños que nunca crecen. Quieren divertirse, les gusta entregar afecto y te aman incondicionalmente.
Las madres son cuidadoras naturales y en sus ojos, un niño y una criatura peluda tienen el mismo lugar en sus corazones. Ambos necesitan ser cuidados, amados, alimentados, bañados, y tienen sus propias personalidades y emociones. Son parte de la familia. Son grandes compañeros, dependen del grupo familiar y lo más importante – son extremadamente inteligentes.