Una mudanza y la llegada de otro animal al hogar son algunas de las situaciones más comunes que pueden estresar a tu gato, en Mascotas Online te contamos más episodios que pueden estresar a tu gato y como debes actuar al respecto.
1.- Cambio de casa
Una de las situaciones que más estresan a los gatos son las mudanzas. A ellos no les gustan nada los cambios y una mudanza supone una alteración considerable en su vida, ya que implica un cambio de lugar de sus cosas, quizás un cambio de sus rutinas, presencia de muebles y objetos muchas veces desconocidos, etc.
Los gatos son animales territoriales que necesitan sentir que tienen el control del entorno que los rodea para estar seguros y tranquilos. Al llevar a tu gato a un nuevo hogar, su olor y sus marcas han desaparecido, por lo que deja de sentirse protegido y su cuerpo asume una actitud de alerta, de estrés y de ansiedad hasta que vuelve a adaptarse.
Para facilitar su adaptación, se recomienda llevar algunos objetos, como su cama y su rascador habitual, así como no alterar su rutina diaria. También ayuda disponer en una habitación todas sus cosas y dejarlo tranquilo allí mientras realizas la mudanza. Las feromonas felinas para el ambiente son muy útiles en estos casos, ya que logran que se sienta más familiarizado con el nuevo hogar. Las feromonas faciales de los gatos son potentes hormonas que liberan como una forma de comunicarse. Estas hormonas son secretadas por las glándulas localizadas alrededor de su boca, barbilla, frente y mejillas; con las cuales dejan un rastro creando olores familiares que les resultan agradables y les proporcionan seguridad, además les permiten identificarse entre ellos y comunicar que han pasado por ahí. El olor que desprenden las feromonas felinas no es perceptible para el olfato humano, pero los gatos pueden procesar la información y captar diferentes señales. Actualmente existen feromonas sintéticas que se aplican en el ambiente y que son usadas, por ejemplo, para problemas de ansiedad o estrés, como resulta ser un cambio de casa.
2.- La llegada de un nuevo integrante a la familia
La llegada de otros animales a casa, y principalmente si la nueva mascota es un perro, será motivo de gran estrés para el gato. También se desequilibrará si una persona que no conoce de pronto se queda en tu hogar. De nuevo se trata de cambios en su vida, frente a los cuales puede mostrar rechazo o agresividad, y requiere de un período de adaptación.
Para evitar estresar a tu gato con un nuevo integrante en la familia una correcta socialización desde cachorro resulta imprescindible. Así mismo, la presentación del nuevo integrante es otra de las claves que nos ayuda a lograr una buena relación. Esta presentación debe ser en una zona de seguridad para el felino para que sienta que tiene el control, sin forzarlo y en sus tiempos. Durante el contacto, es fundamental premiar a tu gato para destacar su buen comportamiento. Por otro lado, si el segundo animal es un gato, es muy importante proporcionar comederos individuales, areneros y rascadores, ya que compartirlos pueden agravar el estrés del felino.
3.- Usar la jaula de transporte
Por lo general, a los gatos les desagrada muchísimo que los metan en una jaula de transporte. Tienen buenos motivos para ello, ya que se les está encerrando, el trasportín se mueve, puede ser inestable y además no saben hacia dónde se dirigen.
Para que tu gato no lo pase mal dentro del transportín es fundamental que lo acostumbres a su uso desde gatito y de forma rutinaria dentro de tu hogar, para que sienta que su uso no es algo negativo. Si no esta familiarizado con el uso de la jaula, puedes cubrirla con una manta cuando lo saques de casa y descubrirlo cuando llegues a tu destino.
4.- Un cambio de alimentación
Debido a la anatomía de su lengua, el felino tiene la capacidad de percibir mucho mejor que otros animales el sabor de la comida, haciendo que sea incapaz de consumir aquella que considera desagradable. De esta forma, si hemos cambiado recientemente su comida y esta no le gusta, el gato deja de comer y empieza a sentir estrés por no poder saciar su hambre.
Si el cambio de alimento no es una prescripción de su veterinario, lo mejor es mantener la comida de siempre. Si necesitas cambiarle el alimento a tu gato, debes hacerlo de manera gradual nunca de golpe, mezclando ambos alimentos y día a día agregando mayor cantidad del alimento nuevo hasta reemplazar completamente.
5.- No disponer de un rascador
Las uñas demasiado largas producen malestar en el gato debido a que entorpecen su movilidad, haciendo que desarrolle ansiedad, estrés y heridas en sus patas.
Para evitar un crecimiento excesivo de las uñas de tu gato es necesario proporcionarle un rascador para que pueda limarlas y mantenerlas en su justa medida. También podemos ayudarlo cortando sus uñas de forma periódica.
6.- Falta de estimulación mental
Pese a que muchos piensan que los gatos son animales tranquilos e independientes, lo cierto es que también requieren atención y sesiones de juegos para mantenerse activos mentalmente. Así mismo, son capaces de desarrollar fuertes lazos con su familia humana, vínculos que deben cuidarse y reforzarse mediante la comunicación. De esta forma, una falta de estimulación mental puede desarrollar en el gato aburrimiento, frustración y estrés, llevándolo a destrozar el mobiliario o hacer sus necesidades fuera del arenero.
Para mantenerlo bien estimulado, reforzar el vínculo y evitar que esta sea una situación estresante para tu gato, te recomendamos crear rutinas de juego con tu mascota y utilizar juguetes que ayuden a estimular su mente.
Como puedes ver tú no eres el único que puede sufrir estrés, y detrás del malestar de tu felino puede haber algún tipo de complicación extra, préstale atención y llévalo al veterinario si observas señales preocupantes.
Esperamos que con estos consejos puedas ofrecer a tu gato un entorno en el que se sienta seguro, confortable y en el que pueda controlar todas las variantes que se le presenten de forma sana y natural, respetando su naturaleza felina.